1.-¿Qué nos enseñan los Santos?
Debemos imitar la virtud heroica de los santos. Ellos nos enseñan a interpretar el Evangelio evitando así acomodarlo a nuestra mediocridad y a las desviaciones de la cultura. Por ejemplo, al ver como los santos aman la Eucaristía, a la Virgen y a los pobres, podemos entender hasta donde puede llegar el amor en un corazón que se abre a la gracia. Al venerar a los santos damos gloria a Dios de quien proceden todas las gracias.
2.-¿Cuál es el camino que nos conduce a la santidad?
El camino que conduce a la santidad es presentado por el camino de las Bienaventuranzas. En la medida en que acogemos la propuesta [de Cristo ndr.] y le seguimos --cada uno en sus circunstancias-- también nosotros podemos participar en la bienaventuranza. Con Él lo imposible se hace posible.
3.-¿Quiénes son llamados a ser Santos?
Dios nos ha llamado y nos capacita a todos a ser santos: "Sean santos... porque Yo, el Señor, soy santo" (Lev 19,2; Mt 5, 48). Cristo vino al mundo para hacer posible nuestra santidad. Es por eso que en el Nuevo Testamento se le llama "santos" a los cristianos (1Cor 1, 12; Rm 1, 5; 1Pe 1, 15-16). Son santos solo si viven su fe (Apoc 21, 2.10). Los santos del cielo murieron en gracia de Dios. Su santidad comenzó en la tierra.
Sin duda los hay. En todas partes hay personas santas. Los hay enfermos, madres y padres que viven la vida cotidiana con gran fidelidad, jóvenes que mantienen el ideal de ser cristianos y no se dejan arrastrar por la cultura, niños y ancianos.... Creo que el Papa actual está entre los santos en la tierra. Dios quiera que aprovechemos la sabiduría y el ejemplo que nos da como buen padre.
5.-¿Cuál es la clave de la Santidad?
La clave de la santidad es entrar en el Corazón Traspasado de Jesús, siempre dándose sin reclamar para si; Lejos de evitar el sufrimiento, lo asume por amor. El santo es otro Cristo en su Cuerpo Místico. Es por eso que la santidad requiere ser Iglesia. Es ella la madre que nos alimenta con la Vida de Cristo para la santidad, es en su seno que crecen los santos. La Iglesia no remplaza la lucha personal mas bien nos da la fuerza de la gracia para vencer. Los sacramentos, la Palabra, el magisterio, la comunión con la Virgen, con los santos, con el Santo Padre, en fin, la Comunión de los Santos, es la tierra fértil necesaria para que crezca la semilla de la santidad. Quien se ha unido a Cristo necesariamente vive en comunión con los hermanos, su vida es amor y servicio para edificar el cuerpo.
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